McAllen, Texas.- Dos mexicanos radicados en Mission fueron sentenciados hoy a 240 meses en prisión federal tras comprobarse su papel n una conspiración para lavar instrumentos monetarios y un plan relacionado para transportar extranjeros dentro de los Estados Unidos.
El fiscal federal, Alamdar S. Hamdani anunció la sentencia de Luis Enrique Moctezuma Acosta, de 37 años, y Scarlett Fuentes-Gavarrette, de 34. Ambos, se declararon culpables en marzo de lavar más de 2 millones de dólares en instrumentos monetarios y de conspiración para transportar extranjeros ilegales.
El juez principal de distrito de los Estados Unidos, Randy Crane, ordenó ahora que la pareja cumpla 240 meses en una prisión federal. No son ciudadanos estadounidenses, pero se espera que enfrenten procedimientos de deportación después de cumplir sus sentencias.
En la audiencia, el tribunal escuchó grabaciones de extranjeros indocumentados retenidos contra su voluntad y rogando a sus familias que pagaran a los contrabandistas para su liberación.
La evidencia reveló además que la organización se jactaba orgullosamente de utilizar su negocio de transporte por carretera como fachada, lo que no sólo facilitó el contrabando de extranjeros sino que también permitió el lavado de 2,9 millones de dólares.
El tribunal también consideró el lujoso estilo de vida que llevaban los co-conspiradores, mientras explotaban a personas que buscaban una vida mejor.
La organización se había referido a ellos como “productos” y abandonó a algunos en las duras condiciones de la maleza sin comida ni agua, lo que provocó la muerte de uno de ellos.
Al dictar la sentencia, el tribunal destacó su acuerdo en que se trata de uno de los mayores desmantelamiento de contrabando de extranjeros que este distrito ha visto en la historia reciente.
“Con la sentencia de hoy, enviamos un mensaje claro y poderoso a todas las organizaciones criminales involucradas en el tráfico de personas y el lavado de dinero”, dijo Hamdani.
“Desde las zonas rurales de Centroamérica hasta las bulliciosas calles de Boston, Massachusetts, ninguna organización criminal está fuera del implacable alcance del Departamento de Justicia.
Las largas sentencias dictadas hoy fueron consideradas como un testimonio de la determinación de la autoridad para desmantelar estas redes y llevar a sus líderes ante la justicia.