Eagle Pass, Texas.-Las boyas que instala Texas a mitad del Río Bravo en el área de Eagle Pass cambiarán su cauce y afectará flora y fauna locales y, en caso de desprenderse dañaría puentes y represas río abajo.
Este es el panorama que plantea la Geomorfóloga Fluvial, Adriana Martínez al referirse a las boyas que el gobierno de Texas ha considerado para frenar la inmigración ilegal desde México.
Pero eso no solo afecta a Texas, sino también a México. Martínez sabe de lo que habla; ha escrito infinidad de artículos sobre el impacto negativo que las decisiones de los gobiernos estadunidenses han generado en la frontera: “las boyas son otro intento de militarización de nuestra frontera que impacta negativamente”, resumió.
Varias organizaciones en esta región condenan las medidas tomadas por el Gobernador Abbott; específicamente, dicen, Eagle Pass se ha convertido recientemente en el objetivo de “los extremistas políticos en Austin”.
Denunciaron que en las últimas tres semanas, los residentes ya no tienen acceso a una rampa pública para botes desde el Parque Shelby; incluso, se ha demolido una isla fluvial junto al parque para que sirva como escenario para los planes de Abbott.
La cineasta Robie Flores exigió saber qué permiso obtuvo Texas para demoler una isla que altera el ecosistema y el caudal del río. “Que estudios se hicieron para medir el impacto ambiental o para demostrar que estos esfuerzos disminuyen los cruces fronterizos?”
La realidad es que Texas operaría sin medir el impacto que todo esto tendrá y probablemente violaría leyes federales, especialmente las relacionadas al medioambiente, pero al propiciar cambios en el cauce del Río, estaría violando acuerdos internacionales firmados con México.