Mission, Texas.- Aquí, no le conocen. En Tamaulipas, perdió lo que con mentiras ganó en 2016 y en México, país que pretendía gobernar, simplemente le dieron la espalda. ¿Quién se la iba a jugar por un tipo tan obscuro?
El ex de Tamaulipas actualmente prófugo de la justicia, tiene una mancha más en su cuero vacuno, una derrota del tamaño de su maldad. Fue, sin duda, el hazmerreír de la semana pasada.
Hagamos cuentas, el hombre quería ser el presidente de México, donde habitan alrededor de 130 millones de personas, pero los de la alianza política solo le dieron 195 mil 575 firmas, para colmo, dicen que muchas apócrifas.
Dos mujeres le dieron la zarandeada de su vida. Xóchitl y Beatriz, la segunda una leyenda de la política mexicana; la primera una advenediza, pero valiente. Pero el golpe demoledor fue el de su partido.
Sus anuncios panorámicos mostraban vaca y sus cuernos con tres grandes letras que rezaban: cabeza, corazón y carácter, fueron traducidos por mi vecina como: caco, cínico y cobarde.
¿Y sus seguidores, donde quedaron? ¿O es que nunca los tuvo? Cuando vio que Xóchitl obtuvo 554 mil 699 firmas y Beatriz 451 mil 934 se salió de la contienda no quiso hacer más el ridículo.
En este momento debe estar lamiéndose las heridas y el dolor debe ser mayor al saber que su partido le dio la espalda y más nada quiere saber de el. ¿Acaso pensó que la vida no le iba a cobrar la factura del daño que hizo en Tamaulipas? ¡Y lo que le falta!
¿Habrá quienes aún creen en él? ¿Qué harán aquellos que un día fueron sus seguidores? Querrán seguir del lado incorrecto de la historia y están listos para que les llegue la justicia porque a veces tarda, pero de que llega, llega. Así que cuando veas las barbas de tu vecino cortar… pon las tuyas a remojar!
Es tiempo de enmendar el camino.