Houston, Texas.- Una Mexicana indocumentada enfrenta cadena perpetua en una prisión de Texas al obligar a mujeres -también -sin permiso migratorio para estar en este país, incluso a menores- a tener sexo en la parte trasera de un bar y cobrar 70 dólares por quince minutos.
María Dolores Botello Morales de 56 años se declaró culpable el lunes de múltiples delitos en una red de tráfico sexual en la cantina “Puerto Alegre” en Houston que dirigió del 2015 a 2020.
Con Botello, colaboraban su esposo, hijo, hija y sobrinos, los que encaran una situación muy similar, según documentos de la corte.
El lugar estaba construido con pequeños cuartos traseros a los cuales eran llevados los clientes. “Varias mujeres fueron obligadas a participar en sexo comercial”, dice la corte
Las entrevistas con 15 de las víctimas indican que las mujeres explotadas laboral y sexualmente fueron contratadas como meseras, sin embargo, Botello pronto les advertiría que tenían que dedicarse al sexo comercial de lo contrario las amenazaba con violencia.
De acuerdo a ICE, las víctimas describieron como llevaban a los clientes a las habitaciones traseras del bar y no pasaban más de 15 minutos en ellos; los condones se les pasaban envueltos en servilletas de papel. A la salida tenían que entregar a una persona que las vigilaba.
En el bar había armas, según dijeron las testigos, unas de las cuales explicó como fue golpeada porque se negó a participar.
Morales reclutó a una niña mexicana en 2017 y la obligó a participar, pero en este caso, el pago era recibido directamente de los compradores de sexo.
Ahora Botello, acusada de conspirar para cometer tráfico sexual, trafico sexual con fuerza, fraude o coerción y de tráfico sexual de una menor enfrenta cadena perpetua en una prisión de Texas. Las averiguaciones fueron realizadas por Investigaciones de Seguridad Nacional, la Comisión de Alcohol y Bebidas de Texas, el Departamento de Policía de Houston a través del trabajo con Human Trafficking Alliance.