Eagle Pass, Texas.- Indignación y estupor causó  la denuncia hecha por un agente del Departamento de Seguridad Pública de Texas que revela estrategias crueles en la frontera de Eagle Pass -como lanzar niños y bebés inmigrantes  al Río Bravo y negarles agua en temperaturas altísimas no conmoverse al ver a una mujer embarazada  a punto de abortar atrapada entre el alambre serpentina colocado a la orilla del Río Bravo- para evitar el ingreso de extranjeros irregulares.

Aunque tarde, el Gobernador Greg Abbott negó a través de un comunicado haber dado órdenes para evitar que esos migrantes lleguen a suelo americano y soliciten asilo. Para muchos, Greg Abbott es el culpable.

Bebés en brazos de sus madres y niños lanzados a las aguas del Río Bravo p[ara evitar que soliciten asilo; no darles ni agua para beber a otros; lastimar a cientos de inmigrantes atrapados en alambre serpentina (entre ellos una mujer embarazada a punto de abortar- son algunos de las acusaciones hechas por el agente identificado como Nicholas Wingate, quien enviaría a su superior un correo electrónico explicándole todas las irregularidades cometidas en la frontera y solicitando cambios en el trato para con los migrantes.

El correo llegó a la redacción de Hearst Newspapers, al que pertenecen San Antonio Express News y Houston Chronicle, que sacaron ayer por la tarde las revelaciones que causaron estupor a nivel local. “Pensar que niños de cuatro años, bebé en los brazos de sus mamás los están empujando al rio”, lamentó Dani Marrero de LUPE.

Y a nivel nacional la Casa Blanca no tardó en reaccionar y a través de la vocera Katherine Jean Pierre fue muy directa : “Si le niegas agua a los migrantes es abuso no es cumplir con la ley, es abuso y es atroz”.

Alain Cisneros de la organización FIEL fue más allá al lamentar esta situación: “Muy triste, el trato inhumano, bestial, de casi al grado de están matando a las personas por buscar un mejor destino de vida en Estados Unidos.

Pero un antropólogo fue mas allá: “Las acciones del Gobernador no son hechos de una persona católica, cristiana, no son hechos de un ser humano decente”, Bill Rovira, simplemente dijo quedarse sin palabras ante tanta brutalidad.

El Gobernador Abbott calló durante todo el día y poco antes de caer la noche negó que estas revelaciones sean verdaderas explicando que los migrantes son invitados a entrar al país por los puertos de entrada.

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