Cd Juárez, Chihuahua.- Por lo menos 40 migrantes murieron esta madrugada tras un incendio que devoró las instalaciones de un centro de detención del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, frontera con El Paso, Texas;  otros 20 migrantes se encuentran hospitalizados, algunos en estado muy crítico. 

Las autoridades migratorias establecieron que ninguna de las víctimas es mexicana y que se trabaja con las Embajadas de varios países para lograr su identificación; por lo pronto se sabe que 28 de los fallecidos eran guatemaltecos. 

También hay nativos de El Salvador, Honduras, Venezuela, Ecuador y Colombia que murieron en el incendio. 

Un video revelado por las autoridades locales muestra a presuntos migrantes dentro una especie de celda lanzando un cojín cerca de donde nacía el incendio. El Presidente Andrés Manuel López, dice que los migrantes iban a ser deportados e intentarían evitarlo, por eso generarían el incendio para obligar a las autoridades a liberarlos. 

Sin embargo, el video también muestra cómo los migrantes aferrados a las rejas de la prisión en un intento porque les liberaran pero las imágenes muestran que los agentes migratorios mexicanos no atendieron los gritos de auxilio. 

Autoridades de Derechos Humanos en El Paso, Texas, como The Border Network for Human Rights han demandado una investigación rápida y clara de lo que ocurrió y establece que las políticas migratorias de Estados Unidos no son las adecuadas:  

“La actual política de expulsión de Estados Unidos obliga a los migrantes obliga a los migrantes a ser enviados a México, donde no existen condiciones de vida ni económicas adecuadas para recibir con humanidad a quienes buscan seguridad”, dijo la organización.  

Fernando García, Director Ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, dijo que en lugar de establecer soluciones humanas, las políticas mal concebidas de Estados Unidos han desatado más conflictos y violencia innecesaria y han puesto en riesgo la vida de cientos de migrantes.  

“A manos de las autoridades policiales mexicanas, niños, mujeres y familias enteras han sido objeto de una violencia inimaginable, malos tratos, abusos contra los derechos humanos y civiles y prácticas de detención erróneas”, aseguró García.  

Agregó que los migrantes se ven privados de condiciones de vida adecuadas, asistencia jurídica y seguridad. Muchos más han quedado en manos de traficantes de personas y cárteles, que simplemente no tienen en cuenta la vida humana. 

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